La inclusión es el camino para acabar con la discriminación o exclusión que resulta de las actitudes negativas de las personas, y de la falta de reconocimiento de la diversidad.
Cuando hablamos de una sociedad inclusiva, pensamos en un colectivo social que valoriza la diversidad humana y fortalece la expresión de las diferencias individuales. Esta definición parte de la base de que ser incluido no requiere ser igual o semejante a los demás a quienes se agregan, sino que tiene como eje la convicción de que lo único común entre los seres humanos son sus diferencias, y que ellas, lejos de ser un obstáculo son una fuente potencial de enriquecimiento.