El juego simbólico me parece un tema muy interesante y necesario de ampliar por el hecho de que es evidente que este es muy importante para los niños, ya que no sólo imaginan o imitan lo que sucede a su alrededor, sino que es beneficioso para su desarrollo social.
Cuando se trata de niños, el juego es cosa seria. El juego no solamente les entretiene sino que contribuye a su desarrollo intelectual y emocional. El juego simbólico es el juego infantil por excelencia en el que los pequeños imaginan ser, imitando situaciones que ven en la vida real. En ese proceso utilizan al máximo su imaginación, jugando constantemente en el límite entre lo real y lo imaginario, lo cual les ayuda a crear representaciones mentales que serán de gran ayuda para resolver situaciones futuras en su vida.
Las actividades lúdicas en las que los niños aprenden a simbolizar comienzan a partir de los dos años cuando tienen el nivel de comprensión que les permite imitar situaciones reales como jugar al papá y a la mamá, a hacer la comida, jugar a que van a la tienda a por comida, cuidar al bebé, por nombrar algunos de los juegos preferidos de mi niña de tres años.
Pero el juego no consiste únicamente en imaginar, sino que el habla acompaña el juego, ya que mientras interpretan están hablando y compartiendo sus fantasías con otros niños, por lo que además fomenta su sociabilización. A través de la representación los niños asimilan y comprenden las situaciones que viven en la vida real estableciendo relaciones que le ayudarán a desenvolverse con éxito en el futuro. El juego simbólico le ayuda comprender cómo funciona el mundo en el que vive, a poner en practica lo que está bien y lo que está mal, a asignar a cada persona que conoce el papel que desempeña, a expresar tensiones, preocupaciones y conflictos y a interiorizar reglas de comportamiento que serán básicas para su integración social.
Como padres, tenemos que fomentar por todos los medios posibles este tipo de juego en nuestros hijos, jugando con ellos y comprándoles o fabricando juguetes que potencien el juego simbólico, tan importante para su maduración personal, ya que el juego simbólico es vital para que el niño pueda desahogarse de la presión que significa estar siempre haciendo lo que le dicen los adultos. En este tiempo de juego el pequeño es libre, espontáneo, tiene el mundo a sus pies y dirige los acontecimientos como le parece más conveniente. Al representar las cosas que le han sucedido y le han provocado inquietud o sorpresa, puede liberar tensiones y expresar sus ideas y sentimientos, al tiempo que crea, transforma y modifica el mundo a su medida.
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