domingo, 12 de mayo de 2013

Técnicas cognitivo-conductuales del TDAH

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tiene como características fundamentales el déficit atencional, la impulsividad y la actividad motora excesiva. Entre los tratamientos del TDAH se encuentra el psicológico. Éste presenta una serie de métodos cognitivo-conductuales, donde se trabaja el pensamiento y la conducta del niño: 

La economía de fichas es una técnica psicológica de modificación conductual que se basa en los principios del condicionamiento operante, utilizada frecuentemente con niños para promover y reforzar las emisiones de determinadas conductas socialmente deseables, seleccionadas y operacionalmente definidas al iniciar el programa. Generalmente se trata de conductas que el niño (o el sujeto) no realizaría espontáneamente, al menos no tan frecuentemente como esperan quienes lo educan o desean modificar su conducta. 



El Contrato de contingencias es un acuerdo escrito entre distintas personas (profesores, familia, amigos, etc.) para cambiar alguna conducta, ya sea por parte de ambos (contrato multilateral) o de una persona (contrato unilateral). Los términos del contrato se negocian entre todos hasta llegar a un acuerdo. Los contratos de contingencia se pueden usar en gran cantidad de problemas y tanto con adultos como con niños. 
El contrato debe recompensar al niño por su iniciativa en la emisión de conductas meta, más que por obedecer. Esto facilita el mantenimiento de la conducta tras la retirada del programa. 

La técnica de la tortuga fue elaborada por Schneider y Robin (1990) para desarrollar en el niño habilidades de autocontrol de las conductas disruptivas y agresivas, como empujar, insultar, poner la zancadilla, dar puñetazos, patadas. El objetivo básico de esta técnica de fácil aplicación es proporcionar a los sujetos medios para que puedan canalizar su propia ira. Es decir, ante provocaciones o situaciones conflictivas que les llevan a responder con conductas agresivas, la técnica de la tortuga pretende enseñar a los niños a controlar esa agresividad, a analizar adecuadamente las situaciones y a responder a las mismas de forma autocontrolada. El entrenamiento se desarrolla en 4 fases que se suceden a lo largo de 6 semanas y que pueden implementarse en la clase por los mismos maestros. 

En concreto, el desarrollo de cada fase incluye: 

- En la primera fase (semanas 1 y 2) se enseña al niño a responder a la palabra "tortuga" cerrando los ojos, pegando los brazos al cuerpo, bajando la cabeza al mismo tiempo que la mete entre los hombros, y replegándose como una tortuga en su caparazón. 

- En la segunda fase (semanas 3 y 4) el niño aprende a relajarse. Para ello, tensa todos los músculos mientras está en la posición de tortuga, mantiene la tensión durante unos segundos, y después relaja al a vez todos los músculos 

- La fase tercera (semana 5) pretende conseguir la generalización en la utilización de la posición de tortuga y la relajación a diferentes contextos y situaciones. 

- La última fase (semana 6) se dedica a la enseñanza de estrategias de solución de problemas interpersonales. 



El entrenamiento autoinstruccional es una técnica cognitiva de cambio de comportamiento en la que se modifican las autoverbalizaciones (verbalizaciones internas o pensamientos) que un sujeto realiza ante cualquier tarea o problema, sustituyéndolas por otras que, en general, son más útiles para llevar a cabo dicha tarea. Estas nuevas instrucciones, que el propio sujeto se da a sí mismo, coinciden en gran parte con la secuencia de preguntas de la “Técnica de Solución de Problemas”. El objetivo es que el sujeto introduzca inicialmente un cambio en sus autoverbalizaciones para que, finalmente, se modifique su comportamiento manifiesto. 

La autoobservación nos va a ayudar a conocernos a nosotros mismos, ya que nuestras propias variables internas nos van a ofrecer datos sobre por qué nos comportamos de una determinada manera. La autoobservación aumenta el crecimiento de nosotros mismos y, a veces, descubrimos cosas de las que no somos conscientes. Al ser esto una técnica, tiene unos objetivos macados; el psicólogo, tras entrenar al sujeto, le pide que se autoobserve para alcanzar datos difíciles de conseguir por éste por su intimidad. La autoobservación nos permite auto-controlarnos, porque podemos prever nuestro comportamiento y así poder controlarlo; cuanto más conocimiento tengamos de nosotros mismos, más podremos auto-controlarnos y mejor nos adaptaremos. Por tanto, la autoobservación consiste en una conducta deliberada de un sujeto que se da cuenta de otras conductas de sí mismo. Ésta siempre tiene una meta y es un doble proceso porque engloba el auto-análisis y el registro 

La Autoevaluación Reforzada es una técnica de carácter cognitivo-conductual para aplicar en el aula en la que haya algún alumno con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Se lleva a cabo con el objetivo de aumentar la autorregulación de los niños y la autonomía cognitiva. Se pretende potenciar el sistema ejecutivo para que sean capaces de evaluar su propia conducta en función de las normas establecidas y el cumplimiento de las actividades. Esta técnica se puede aplicar para toda la clase durante un tiempo. Posteriormente, si es necesario, se puede aplicar de manera individual al niño con TDAH. 

Por último, decir que me parecía necesario definir y conocer más extensamente todas estas técnicas, ya que pienso que es posible que en el futuro tengamos un niño con TDAH en el aula, y tengamos que hacer uso de estas técnicas.


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